¿hasta qué punto el primer párrafo de una novela es importante?
los hay descriptivos, los hay misteriosos, los hay que resumen toda la historia, los hay que despiertan la curiosidad...
a menudo es lo último que escribe el autor, precisamente porque sabe que la continuidad de su lectura depende de este primer párrafo...pero, ¿siempre ha sido así? comprobémoslo.

dijous, 1 d’octubre del 2009

Nikolai Gogol - Historias de San Petersburgo





La avenida Nevski


Nada hay tan hermoso como la avenida Nevski, por lo menos en San Petersburgo; porque en San Petersburgo esa avenida lo es todo. Y, vamos a ver, ¿hay algo más gozoso, mas brillante, más resplandeciente que esta bella arteria de nuestra capital? Tengo la seguridad de que ninguno de sus pálidos habitantes, ninguno de sus funcionarios públicos, cambiaría la avenida Nevski por todos los bienes de este mundo. No sólo el joven de ventisiete años con su lindo bigote y su levita de corte impecable, sino el individuo de barba blanca y cabeza lisa como bola de bilar.., sí, incluso ése se entusiasma con la avenida Nevski. ¿Y las señoras?...¡Ah, en cuanto a las señoras la avenida Nevski es motivo de mayor gozo aún! ¿Pero hay acaso alguien que no se sienta conmovido y encantado por ella? Apenas se entra en la avenida Nevski se percibe su ambiente carnavelesco. Incluso si alguien tiene algún asunto importante y necesario a que atender, lo más seguro es que lo olvidará tan pronto como ponga el pie en ella. Éste es el único lugar de la ciudad en que la gente no se encuentra en él por motivo de negocios, por necesidad o por el afán de lucro que parece haberse enseñoreado de todo San Petersburgo.

El retrato

En ningún sitio se congregaba tanta gente como delante de la tienda de arte de Shukin, en uno de los mercados de San Petersburgo. Esa tiendecilla tenía en verdad un surtido bastante variado de objetos curiosos: los cuadros, en su mayor parte, estaban pintados al óleo, cubiertos de un barniz verde oscuro y en marcos de un amarillo sucio. Un paisaje invernal con árboles blancos, un crepúsculo vespertino rojo semejante al reflejo de un incendio, un campesino flamenco más parecido a un pavo con collarín que a un ser humano...

Diario de un loco

Hoy ha ocurrido algo extraordinario. Esta mañana me levanté bastante tarde, y cuando Mavra me trajo las botas limpias le pregunté qué hora era. Al oír que ya hacía rato que habían dado las diez me vestí deprisa y corriendo. Debo confesar que a punto estuve de no ir al departamento, sabiendo de antemano la cara de vinagre que me pondría el jefe de mi sección. Desde hacía mucho tiempo viene diciéndome: «¿Pero qué te pasa, hombre, que pareces estar siempre pensando en las musarañas? A veces corres de la ceca a la meca y armas tales líos que ni el mismo diablo sabe entenderlos, escribiendo los títulos con letras minúsculas en lugar de mayúsculas, y sin poner fecha o número en lo alto de la página.» ¡Maldito sea, el tío gruñón!

La nariz

El 15 de marzo ocurrió en Petersburgo un incidente tan insólito como desconcertante. El barbero Ivan Yakovlevich, que vivía en la avenida Voznesenski (su apellido se había borrado de la muestra y en ella sólo figuraban un caballero con las mejillas enjabonadas y el letrero «Se hacen sangrías»), el barbero Ivan Yakovlevich -repetimos- se despertó bastante temprano al olor de pan caliente. Al incorporarse un poco en la cama, vio que su mujer, señora harto respetable y muy adicta al café, sacaba del horno un pan acabado de cocer.

El abrigo

En el departamento... pero quizá lo mejor será no decir en qué departamento. En este mundo no hay nada más enojoso que los departamentos, regimientos, oficinas del gobierno y, en una palabra, los organismos oficiales de toda clase. Hoy día, un individuo cualquiera considera que un insulto personal contra él es un insulto contra la sociedad entera. He oído decir que no hace mucho un comisario de policía -no recuerdo de qué ciudad- envió un oficio a las autoridades en el cual declaraba sin rodeos que todas las disposiciones del gobierno habían sido contravenidas y que su propio sacrosanto nombre había sido sinduda alguna utilizado en vano. Y como prueba de ello adjuntaba al oficio un grueso volumen de una obra sumamente romántica en la que en cada diez páginas, poco más o menos, figuraba un comisario de policía a veces en avanzado estado de embriaguez. Por consiguiente, para evitar toda clase de interpretaciones enojosas, me referiré al departamento de marras como cierto departamento.


1 comentari:

  1. Conjunt de cins contes que tenen en comú el fet d'estar situats a la capital de la Russia imperial, tal com diu la nota preliminar de l'edició que he llegit.

    "La avenida Nevski". Un narrador, en tercera persona, explica dues històries que arrenquen de la mateixa avinguda Nevski: la de l'artista Piscaryof i la del tinent Pigorov, dues històries paral.leles amb dos finals ben diferents.
    "El retrato". Un narrador, en tercera persona, explica la història del jove artista Chartkov i les conseqüencies derivades de la compra d'un retrat, en un relat que s'endinsa en el paranormal.
    "Diario de un loco". Escrit en primera persona, en forma de diari. Narra l'evolució cap a la bogeria d'un funcionari. El to és sarcàstic amb les categories de l'administració civil del temps, escrit amb molt de sentit de l'humor.
    "La nariz". Un narrador, en tercera persona, ens explica la història de la pérdua de l'apendix nasal per part de l'asessor col.legiat Kovalyov i les peripècies per retrobar-lo. Sàtira del funcionariat i de la burocracia de la Russia imperial en to humorístic
    "El abrigo". Un narrador, en tercera persona, ens explica la tràgica història d'un funcionari copista, Akaki Akakievich, i les dificultats per trobar l'ajut d'una societat funcionarial i burocratitzada de l'època zarista. També amb fenomenologia paranormal al final del conte.
    En tots ells la construcció de la història , la forma de narrar-ho, les descripcions de l'ambient urbà, els personatges, és magistral.

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