¿hasta qué punto el primer párrafo de una novela es importante?
los hay descriptivos, los hay misteriosos, los hay que resumen toda la historia, los hay que despiertan la curiosidad...
a menudo es lo último que escribe el autor, precisamente porque sabe que la continuidad de su lectura depende de este primer párrafo...pero, ¿siempre ha sido así? comprobémoslo.

dimarts, 8 de novembre del 2011

Louis-Ferdinand Céline - Viaje al fin de la noche

La cosa empezó así. Yo nunca había dicho nada. Nada. Fue Arthur Ganate quien me hizo hablar. Arthur, un compañero, estudiante de medicina como yo. Resulta que nos encontramos en la Place Clichy. Después de comer. Quería hablarme. Lo escuché. "¡No nos quedemos fuera! -me dijo- ¡Vamos adentro!" Y fui y entré con él. "¡Esta terraza está como para freir huevos! ¡Ven por aquí!", comenzó. Entonces advertimos también que no había nadie en las calles, por el calor; ni un coche, nada. Cuando hace mucho frío, tampoco; no ves a nadie en las calles; pero si fue él mismo, ahora que recuerdo, quien me dijo, hablando de eso: "La gente de París parece estar siempre ocupada, pero, en realidad, se pasean de la mañana a la noche; la prueba es que , cuando no hace bueno para pasear, demasiado frío o demasiado calor, desaparecen. Están todos dentro, tomando cafés con leche o cañas de cerveza. ¡Ya ves! ¡El siglo de la velocidad!, dicen. Pero, ¿dónde? ¡Todo cambia, que es una barbaridad!, según cuentan. ¿Cómo así? Nada ha cambiado, la verdad. Siguen admirándose y se acabó. Y también eso es nuevo. ¡Algunas palabras, no muchas, han cambiado! Dos o tres aquí y allá, insignificantes...". Conque, muy orgullosos de haber señalado verdades tan oportunas, nos quedamos allí sentados, mirando arrobados, a las damas del café.





Louis Ferdinand Céline
(Pseudónimo de Louis-Ferdinand Destouches; Courbevoie, 1894 - Meudon, 1961)
 Novelista francés, creador de una obra en gran parte autobiográfica que revolucionó la narrativa de entreguerras por su libertad y crudeza, pero acaso más aún por el rigor de un estilo que despojó a la lengua francesa de toda servidumbre retórica.
Hijo de un empleado de una compañía de seguros, pasó su niñez en París, efectuó estancias en Alemania (1908) e Inglaterra (1909) para aprender idiomas, y mientras ya trabajaba preparaba por su cuenta el bachillerato. Durante la Primera Guerra Mundial se distinguió en diversas acciones (Medalla Militar en 1914) y fue herido en la cabeza, y en 1915 se le declaró inútil para el servicio de armas.
Tras una estancia en el Camerún, por motivos de salud se vio obligado a volver a Francia (1917), donde en 1919 terminó el bachillerato y contrajo matrimonio con Edith Follet, de la que tuvo una hija, Colette (nacida en 1920). Doctor en medicina por la Universidad de París (1924), empezó a ejercer su carrera en Rennes, publicó su primera obra -de carácter científico-, La quinine en thérapeutique (1925) y su tesis doctoral La vida y la obra del doctor Philippe Ignace Semmelweis (1924).
Después de trabajar en Suiza, Inglaterra y Estados Unidos, regresó a Francia en 1928; en los años siguientes siguió dedicándose a la medicina, pero en 1932 se hizo súbitamente famoso con la novela Viaje al fin de la noche (Voyage au bout de la nuit), que ganó el premio Renaudot. En un lenguaje torrencial que recoge el argot, y lo refunde en un dictado sutilmente literario, el Viaje narra las vicisitudes del joven Bardamu a través del infierno de la guerra, de los suburbios parisinos, del África colonial y de la América hipermecanizada. Es la novela de la degradación total, del pesimismo cósmico.
Sus libros siguientes fueron la comedia L'Eglise (1933) y su segunda gran novela, Muerte a crédito (Mort à crédit, 1936), la novela de la adolescencia y de la juventud de Ferdinand, en cierto modo, la matriz, el arquetipo autobiográfico de Bardamu. Mientras, había viajado por Europa central, Estados Unidos, Inglaterra y la U.R.S.S. y en 1935 había conocido a la bailarina Lucette Almanzor, con la que contraería matrimonio en 1943.

En 1944, después de haber publicado una novela que se desarrolla en el Londres de los años 17-20, Guignol's band, Céline tuvo que huir con Lucette a Alemania, de noviembre de 1944 a marzo de 1945 fue el médico del diminuto enclave francés de Sigmaringen, donde se habían refugiado los colaboracionistas en fuga, y, después de la odisea de cruzar toda Alemania bajo los bombardeos, pudo refugiarse en Dinamarca. El gobierno francés pidió su extradición sin conseguirla, pero Céline y su esposa fueron detenidos y el escritor permaneció varios meses en la cárcel.Los años de la preguerra y de la ocupación acrecentaron su prestigio como escritor -Bagatelas para una matanza(Bagatelles pour un massacre, 1937), una violentísima invectiva contra los judíos; L'école des cadavres (1938) y Les beaux draps (1941), del mismo tema-, pero su postura rabiosamente antisemita y su ostentosa colaboración con los alemanes le desacreditaron ante la opinión pública y le atrajeron odios muy enconados.
En 1947 recuperó la libertad y desde Dinamarca lanzó un violento libelo contra Sartre, L'agité du bocal (1948). Mientras en Francia era condenado en rebeldía a un año de prisión, a la indignidad nacional y a la confiscación de todos sus bienes (1950), publicaba varias obras menores como Casse-Pipe (1948), Foudres et flèches (1949) yScandale aux Abusses (1950). En 1951, beneficiándose de la ley de la amnistía, regresó a Francia y volvió a abrir un consultorio médico.
Sus primeras obras de esta nueva etapa de su vida fueron Otra vez magia (Féerie pour un autre fois), en dos partes (1952-54), y Entretiens avec le professeur Y(1955), pero mucha mayor importancia tuvieron sus tres últimas novelas en las que narraba su experiencia del exilio y de su estancia en Dinamarca: De un castillo a otro (D'un château l'autre, 1957), Norte (Nord, 1960), yRigodon (1969). Esta última se publicó póstumamente ya que Céline murió de una congestión cerebral en Meudon. También póstuma fue la publicación de El puente de Londres, segunda parte de Guignol's band, en 1964.

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