Anoche, Boris descubrió que tenía piojos. Tuve que afeitarle las axilas, y ni siquiera así cesó el comezón. ¿Cómo puede uno infestarse de piojos en un lugar tan hermoso? Pero, no importa. Si no hubiera sido por los piojos, quizá nunca nos habríamos conocido tan íntimamente Boris y yo.
El Procés VII
Fa 9 anys
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada