¿hasta qué punto el primer párrafo de una novela es importante?
los hay descriptivos, los hay misteriosos, los hay que resumen toda la historia, los hay que despiertan la curiosidad...
a menudo es lo último que escribe el autor, precisamente porque sabe que la continuidad de su lectura depende de este primer párrafo...pero, ¿siempre ha sido así? comprobémoslo.

dimecres, 16 de març del 2011

Víctor Hugo - Los miserables





Monseñor Myriel
En 1815, era obispo de Digne el ilustrísimo
Carlos Francisco Bienvenido Myriel, un
anciano de unos setenta y cinco años, que
ocupaba esa sede desde 1806. Quizás no será
inútil indicar aquí los rumores y las habladurías
que habían circulado acerca de su persona
cuando llegó por primera vez a su diócesis.
Lo que de los hombres se dice, verdadero o
falso, ocupa tanto lugar en su destino, y sobre
todo en su vida, como lo que hacen. El señor
Myriel era hijo de un consejero del Parlamento
de Aix, nobleza de toga. Se decía que su padre,
pensando que heredara su puesto, lo había
casado muy joven. Se decía que Carlos Myriel,
no obstante este matrimonio, había dado mucho
que hablar. Era de buena presencia, aunque de
estatura pequeña, elegante, inteligente; y se
decía que toda la primera parte de su vida la
habían ocupado el mundo y la galantería.
Sobrevino la Revolución; se precipitaron los
sucesos; las familias ligadas al antiguo régimen,
perseguidas, acosadas, se dispersaron, y Carlos
Myriel emigró a Italia. Su mujer murió allí de
tisis. No habían tenido hijos. ¿Qué pasó después
en los destinos del señor Myriel?






Monsieur Myriel
En 1815, M. Charles-François-Bienvenu Myriel était évêque de Digne. C’était un vieillard d’environ soixante-quinze ans ; il occupait le siège de Digne depuis 1806. 
Quoique ce détail ne touche en aucune manière au fond même de ce que nous avons à raconter, il n’est peut-être pas inutile, ne fût-ce que pour être exact en tout, d’indiquer ici les bruits et les propos qui avaient couru sur son compte au moment où il était arrivé dans le diocèse. Vrai ou faux, ce qu’on dit des hommes tient souvent autant de place dans leur vie et surtout dans leur destinée que ce qu’ils font. M. Myriel était fils d’un conseiller au parlement d’Aix ; noblesse de robe. On contait de lui que son père, le réservant pour hériter de sa charge, l’avait marié de fort bonne heure, à dix-huit ou vingt ans, suivant un usage assez répandu dans les familles parlementaires. Charles Myriel, nonobstant ce mariage, avait, disait-on, beaucoup fait parler de lui. Il était bien fait de sa personne, quoique d’assez petite taille, élégant, gracieux, spirituel ; toute la première partie de sa vie avait été donnée au monde et aux galanteries. La révolution survint, les événements se précipitèrent, les familles parlementaires décimées, chassées, traquées, se dispersèrent. M. Charles Myriel, dès les premiers jours de la révolution, émigra en Italie. Sa femme y mourut d’une maladie de poitrine dont elle était atteinte depuis longtemps. Ils n’avaient point d’enfants. Que se passa-t-il ensuite dans la destinée de M. Myriel ? 



Victor-Marie Hugo (Besanzón26 de febrero de 1802 – París22 de mayo de 1885) fue un escritordramaturgopoetapolíticoacadémico e intelectual francés, considerado como uno de los más importantes escritoresrománticos en lengua francesa.
Elemento clave de la historia de la literatura de su país y de la del S.XIX, es autor de una obra enormemente variada. Fue a la vez poeta lírico con obras como Odes et Ballades (1826), Les Feuilles d'automne (1832) o Les Contemplations (1856), poeta comprometido contra Napoleón III en Les Châtiments (1853) y poeta épico en La Légende des siècles (1859 y 1877).
Fue un novelista popular de enorme éxito con Notre-Dame de Paris (1831) o Les Misérables (1862). En teatro expuso su teoría del drama romántico en la introducción de Cromwell (1827), ilustrada con Hernani (1830) y Ruy Blas (1838).
Su extensa obra incluye una serie de discursos políticos realizados en la Cámara de los Pares que tratan temas como la pena de muerte, la educación o Europa, crónicas de viajes - Le Rhin (1842) o Choses vues, póstuma (1887 y 1890) - y una abundante correspondencia.
Contribuyó notablemente a la renovación lírica y teatral de la época. Será admirado por sus contemporáneos y aún lo es a día de hoy, aunque ciertos autores modernos le consideren un escritor controvertido. El compromiso político y social que exhibió en sus obras y que le valió una condena al exilio durante los veinte años del Segundo Imperio (1852-70), marcó el camino para posteriores generaciones de escritores.
Sus opiniones político-morales le convirtieron en un héroe para la Tercera República, que celebró un funeral de Estado a su muerte.Sus restos descansan en el Panteón de París.

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