¿hasta qué punto el primer párrafo de una novela es importante?
los hay descriptivos, los hay misteriosos, los hay que resumen toda la historia, los hay que despiertan la curiosidad...
a menudo es lo último que escribe el autor, precisamente porque sabe que la continuidad de su lectura depende de este primer párrafo...pero, ¿siempre ha sido así? comprobémoslo.

dijous, 15 d’octubre del 2009

Anton Chejov - El beso y otros cuentos



El beso


El veinte de mayo, a las ocho de la tarde, las seis baterías de la brigada de artillería de reserva N. que se dirigían al campamento se detuvieron a pasar la noche en la aldea Mestechki. En el momento de mayor alboroto, cuando algunos oficiales se afanaban en torno a las piezas y los demás, reunidos en la plaza junto a la verja de la iglesia, prestaban oídos a los aposentadores, de detrás de la iglesia apareció un jinete vestido de civil montado sobre un extraño caballo. Con un cuello hermoso y la cola corta, el caballo, pequeño y bayo, no avanzaba en línea recta sino un poco de lado, realizando con las patas unos leves pasos de danza, como si se las azotaran.





Agafia

Durante mi estancia en el distrito de S., había visitado a menudo los huertos de Dúbov, donde vivía el campesino Savva Stukach, o simplemente Savka. Aquellos huertos eran mi lugar preferido para los días de pesca que yo llamaba "general", de esos que, cuando sales de casa, no sabes ni el día ni la hora en que volverás y cargas hasta con el último aparejo y abundantes provisiones. A decir verdad, no me atraía tanto la pesca como el despreocupado vagar, comer a cualquier hora, charlar con Savka y los largos cara a cara con las calladas noches de verano.


La cigarra

Todos los amigos y buenos conocidos de Olga Ivánovna estuvieron en su boda.
- Mírenlo: ¿verdad que tiene un no sé qué?- decía ella a sus amigos señalando a su marido, al parecer, con el deseo de explicar por qué se había casado con ese hombre común, corriente y nada extraordinario.

El estudiante

Al principio el tiempo había sido bueno, sereno. Chillaban los zorzales, no lejos, en los pantanos algo vivo zumbaba quejumbroso, como si alguien soplara por una botella vacía. Pasó volando una chocha y el disparo dirigido contra el ave resonó en el aire primaveral retumbante y alegre. Pero cuando oscureció en el bosque, irrumpió del este un viento frío y penetrante y todo qudó en silencio. Agujas heladas cubrieron de hielo los charcos y el bosque se tornó inhóspito, hosco y desapacible. El lugar olió a invierno.

El profesor de lengua

Se oyó el repicar de cascos de caballos sobre un suelo de tablas: sacaron de las caballerizas primero al azabache Conde Nulin, luego al blanco Gigante y después a Maika, hermana de éste. Todos eran unos caballos magníficos y caros. El viejo Shélestov ensilló a Gigante y dijo dirigiéndose a su hija Masha:
- A ver, María de Godefroy, monta. ¡Ópale!

Campesinos

Nikolái Chikildéyev, mozo del hotel moscovita el Bazar Eslavo, se puso enfermo. Las piernas no les respondían, andaba tan mal que en una ocasión, cuando iba por un pasillo con una bandeja en la que llevaba jamón con guisantes, tropezó y se cayó al suelo. Tuvo que dejar el empleo. El dinero que tenía y el de su mujer se lo llevó la enfermedad y ya no tenían qué comer. Se aburría sin trabajo y decidió que había que volver a casa, a la aldea. Allí sería más fácil soportar la enfermedad, la vida era más barata; y no en vano se dice que en casa hasta las paredes ayudan.

Iónich

Cuando los recién llegados a la ciudad de províncias S. se quejaban de lo aburrido y monótono que era la vida en ella, los habitantes del lugar, como justificándose decían que, al contrario, en S. se estaba muy bien, que en S. había una biblioteca, un teatro, un club, se celebraban bailes y -añadían finalmente- había algunas famílias interesantes, agradables e inteligentes con las que se podía entablar amistad. Y mencionaban a los Turkin como los más instruidos y de mayor talento.

Un ángel

Olenka, la hija del asesor colegiado retirado Plemiánnikov, se hallaba sentada en el porche que daba al patio de su casa, sumida en sus pensamientos. Hacía calor, las moscas pegajosas no paraban de molestar y resultaba agradable pensar que pronto caería la tarde. Del este se acercaban una nubes negras que amenzaban lluvia y de ves en cuando llegada una brisa húmeda.

La Nueva dacha

Atres verstas de la aldea Obruchánovo se construía un puente enorme. Desde la aldea, que se levantaba en lo alto de una orilla escarpada, se veía el enrejado de la armadura, y en los días de niebla, en las calladas jornadas de invierno, cuando los fríos cabrios de hierro y todos los bosques de alrededor se cubrían de escarcha, el puente ofrecía un cuadro pintoresco, fantástico incluso. En ocasiones pasaba por el pueblo, montado en un carro ligero o en calesa, el ingeniero Kúcherov, el constructor del puente, un hombre grueso, ancho de hombros y con barba, cubierto de una visera blanda y arrugada, y a veces, en los días de fiesta se presentaban los peones que trabajaban en el puente; éstos pedían caridad, se reían de las campesinas y en ocasiones se llevaban alguna cosa. Pero ocurría rara vez; por lo general los días se sucedían tranquilos y en paz, como si la obra no existiera, y no sólo por las noches, cuando junto al puente se encendían las hogueras, el viento traía apagadas las canciones de los peones. Y también durante el día, de vez en cuando, se oía el lastimero tañido metálico: don... don... don...

Por asuntos del servicio

Un inspector judicial en funciones y un médico de distrito se dirigían a la aldea Syrnia a practicar una autopsia. Por el camino los atrapó una ventisca, anduvieron largo tiempo perdidos y no llegaron al lugar al mediodía, como quería, sino sólo al anochecer, cuando ya había oscurecido. Pararon a pasar la noche en la isba del zemstvo. Y allí mismo, en la isba del zemstvo, se hallaba por casualidad el propio cadáver, el cuerpo del agente local de seguros Lesnitski, un hombre que tres días antes se presentó en Syrnia y, después de instalarse en la isba del zemstvo y de pedir un samovar, se pegó un tiro del modo más inesperado para todos; y la circunstancia de que hubiera acabado con su vida de manera tan extraña, tomando un té con el samovar y los platos bien dispuestos sobre la mesa, dio motivo a que muchos sospecharan que se trataba de un asesinato; de modo que se impuso hacer una autopsia.

La novia

Serían las diez de la noche, sobre el jardín brillaba la luna llena. En casa de los Shumin justo dieron fin las vísperas que había encargado la abuela Marfa Mijáilovna, y ahora Nadia veía -había salido un momento al jardín- cómo en la sala servían los entremeses de la cena. La abuela con su rico vestido de seda iba de un lado a otro. El padre Andréi, arcipreste de la catedral, le decía algo a la madre de Nadia, Nina Ivánovna, que en aquellos momentos, con las luces de la casa y a través de las ventanas parecía extrañamente muy joven. A su lado se encontraba Andréi Andreich, el hijo del padre Andréi. Escuchaba con atención.




2 comentaris:

  1. Antón Pávlovich Chéjov, Taganrog, 17 de enero-jul./ 29 de enero de 1860greg. - Badenweiler (Alemania), 2 de juliojul./ 15 de julio de 1904greg.) fue un médico, escritor y dramaturgo ruso. Encuadrable en la corriente naturalista, fue maestro del relato corto, siendo considerado como uno de los más importantes escritores de cuentos de la historia de la literatura. Como dramaturgo escribió cuatro obras, y sus relatos cortos han sido aclamados por escritores y crítica. Chéjov compaginó su carrera literaria con la medicina; en una de sus cartas escribió al respecto:
    La medicina es mi esposa legal; la literatura, sólo mi amante.
    Dejó de escribir obras teatrales después de la mala acogida que tuvo su obra La gaviota en el año 1896. Sin embargo, esta misma obra tuvo un gran éxito en el año 1898, interpretada por la compañía Teatro del Arte de Moscú de Konstantín Stanislavski, interpretando también Tío Vania , Las tres hermanas y El jardín de los cerezos .
    Al principio Chéjov escribía simplemente por razones económicas, pero su ambición artística creció, introduciendo innovaciones que han influido en la evolución de los relatos cortos. Su originalidad consiste en el uso de la técnica del monólogo, adoptada más tarde por James Joyce y otros escritores del Modernismo anglosajón, además del rechazo de la finalidad moral presente en la estructura de las obras tradicionales. No le preocupaban las dificultades que esto planteaba al lector, porque consideraba que el papel del artista es realizar preguntas, no responderlas.
    (Wikipedia)

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  2. Aquest cavall del principi del conte serà recordat al final. El protagonista és un oficial tímid i introvertit que és convidat junt amb altres oficials a una recepció a casa d'un terratinent. Si bé hi van de no gaire bon gust, ja que estan cansats després de les maniobres militars i el que volen és dormir, com que a la casa hi ha jocs, músics i dones boniques, al final s'ho passen bé. El protagonista té un incident amb una misteriosa dona, un petó fugaç a les fosques, i aixó li canvia la vida a partir d'aleshores.

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