¿hasta qué punto el primer párrafo de una novela es importante?
los hay descriptivos, los hay misteriosos, los hay que resumen toda la historia, los hay que despiertan la curiosidad...
a menudo es lo último que escribe el autor, precisamente porque sabe que la continuidad de su lectura depende de este primer párrafo...pero, ¿siempre ha sido así? comprobémoslo.

dilluns, 28 de setembre del 2009

Anaïs Nin - Delta de Venus











Hubo una vez un aventurero húngaro de sorprendente apostura, infalible encanto y gracia, dotes de consumindo actor, culto, conocedor de muchos idiomas y aristocrático de aspecto. En realidad, era un genio de la intriga, del arte de librarse de las dificultades, de la ciencia de entrar y salir discretamente de todos los paises. Viajaba como un gran señor, con quince baúles que contenian la ropa más distinguida, y con dos grandes perros daneses. La autoridad que de él irradiaba le había valido el sobrenombre de Barón. Al Barón se le veía en los hoteles más lujosos, en los balnearios y en las carreras de caballos, en viajes alrededor del mundo, en excursiones a Egipto y en expediciones al desierto y África.
En todas partes se convertía en el centro de atracción de las mujeres.





Anaïs Nin (NeuillyFrancia21 de febrero de 1903 - Los Ángeles14 de enero de 1977) fue una escritora francesa, nacida de padres cubanos. Después de haber pasado gran parte de su temprana infancia con sus familiares cubanos, se naturalizó como ciudadana norteamericana, vivió y trabajó en ParísNueva York y Los Ángeles. Autora de novelas avant-garde en el estilo surrealista francés, es mejor conocida por sus escritos sobre su vida y su tiempo recopilados en los llamados Diarios de Anaïs Nin, volúmenes del 1 al 7.
Nin comenzó a escribir su diario a comienzos del siglo XX, a la edad de once años. Continuó escribiendo en sus diarios por varias décadas, y a lo largo de la vida conoció y se relacionó con mucha gente interesante e influyente del mundo artístico y literario, así como del mundo de la psicología, incluyendo a Henry MillerAntonin ArtaudEdmund WilsonGore VidalJames Agee, y Lawrence Durrell.
Los manuscritos originales de sus diarios, que constan de 35,000 páginas, se encuentran actualmente en el Departamento de Colecciones Especiales de la UCLA (Universidad de California en Los Ángeles)

Sus padres fueron la cantante cubana Rosa Culmell, de origen francés y danés, y el compositor y pianista cubano Joaquín Nin, ascendencia catalana, aunque este las abandonó pronto, cuando Anaïs contaba con once años. Las circunstancias vitales llevaron a Anaïs a iniciar un diario en fecha muy temprana, como una forma de cobijarse de la realidad.
A los 19 años consigue un trabajo como modelo y bailarina de flamenco y se casa en La Habana (Cuba) con el banquero Hugo Guiler, con el que se marcha a París. Una vida aburrida y la lectura de D.H. Lawrence la convencen para hacerse artista.
En 1930 publica un ensayo sobre Lawrence y un año después conoce a Henry Miller, quedando ambos mutuamente admirados e iniciando una correspondencia apasionada. Se convierten en amantes y ella llega a mantener relacionesincestuosas con su padre, Joaquín Nin, tras reencontrarse con él en París. Al tiempo, la mujer de Miller, June, antigua prostituta, la iniciará en el voyeurismo y el safismo.
Empieza a escribir una novela desde las inquietudes y los presupuestos del París del momento, titulada La casa del incesto. Se inicia también en el psicoanálisis y, tras ser psicoanalizada por Otto Rank, éste le sugiere la escritura como una forma de eludir la obsesión que tiene con su padre. Escribe Invierno de artificio y publica La casa del incesto, edición que confeccionó en una rústica imprenta que montó en una buhardilla de Macdougal Street, en New York y que utilizó para imprimir sus libros y los de sus amigos.
En 1939 emigra a Estados Unidos y allí se convierte en la primera mujer que publica relatos eróticos, Delta de Venus, que denota una fuerte influencia del Kamasutra.
En su propia editorial, publica en 1947 En una campana de cristal, que es bien recibido por la crítica, destacando el comentario de Edmund Wilson. El éxito definitivo le llega en 1966 con la publicación de su diario, aunque al tiempo su salud se resquebraja por causa de un tumor de ovarios. Se la reconoce como pionera de la liberación de la mujer.
Su obra se ha llevado al cine, en 1990 Philip Kaufman dirigió Henry y June, y al teatro, "La casa del incesto" de Georgina Tábora.
En 1973 recibió el doctorado honoris causa del Philadelphia College of Art. Fue elegida para el Instituto Nacional de las Artes y las Letras en 1974. A su muerte, su cuerpo fue incinerado y sus cenizas esparcidas sobre la Bahía de Santa Monica.

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