El director nos indicó que nos sentáramos; después, volviéndose al profesor que vigilaba el estudio:
- Monsieur Roger -le dijo a media voz-, encárguese de este alumno que a a entrar en quinto; si lo merece por trabajo y conducta, pasará con los mayores, que son los de su edad.
El nuevo se quedó en el rincón, detrás de la puerta, de tal manera que apenas se le veía. Se trataba de un muchacho de campo, de unos quince años y más alto que ninguno de nosotros. Llevaba el pelo cortado recto sobre la frente como un clérigo de pueblo, su aspecte era juicioso y muy cohibido. Aunque no fuera muy ancho de hombros, su medio gabán de lana verde con botones negros debía molestarle en las sisas y dejaba ver, por la abertura de las bocamangas, una muñecas rojas, acostumbradas a estar al aire libre. Las piernas, con medias azules, salían de un pantalón amarillento muy estirado hacia arriba por los tirantes. Calzaba zapatos fuertes, mal abrillantados, provistos de tachuelas.
El nuevo se quedó en el rincón, detrás de la puerta, de tal manera que apenas se le veía. Se trataba de un muchacho de campo, de unos quince años y más alto que ninguno de nosotros. Llevaba el pelo cortado recto sobre la frente como un clérigo de pueblo, su aspecte era juicioso y muy cohibido. Aunque no fuera muy ancho de hombros, su medio gabán de lana verde con botones negros debía molestarle en las sisas y dejaba ver, por la abertura de las bocamangas, una muñecas rojas, acostumbradas a estar al aire libre. Las piernas, con medias azules, salían de un pantalón amarillento muy estirado hacia arriba por los tirantes. Calzaba zapatos fuertes, mal abrillantados, provistos de tachuelas.
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